Vie, 26 Abr 2024 / 21:36hs.

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COSTA DEL URUGUAY

Historia del Palacio San José

El Palacio San José fue proyectado con una arquitectura que reafirmaba el carácter y el protagonismo político de proyección nacional de su propietario, lejos de ser simplemente el casco de una estancia de un caudillo local.

1848-1853.- Primera etapa. La Casa de Urquiza.

Hacia fines de la década del 40, en un momento de relativa tranquilidad, Urquiza decidió iniciar la construcción de su residencia, eligiendo un amplio terreno ubicado en las cercanías del Río Gualeguaychú, unas seis leguas al oeste de Concepción del Uruguay.

La construcción de la casa se inició en 1848, siendo esta la base de lo que finalmente sería, con la intervención de Jacinto Dellepiane primero y de Pedro Fossati después, el Palacio San José, el magnífico casco de la estancia principal de Justo José de Urquiza, lugar de residencia familiar y referencia política fundamental por dos décadas.

La arquitectura de mediados de siglo XIX, denominada poscolonial, se caracterizó por sus espacios de factura simple. El diseño y la construcción se realizaban a partir de un patio cuadrado alrededor del cual se iban ordenando las habitaciones principales, contando con una galería que marcaba la transición entre el adentro y el afuera. Un gran zaguán constituía el ingreso con una puerta grande y sólida. A esta disposición elegida por Urquiza, con una línea este – oeste, se le colocaron dos miradores que enmarcan una galería frontal que le daba carácter a la residencia. La construcción de esta primera etapa se realizó con muros de ladrillos asentados en barro, con cubiertas planas de losas, cielorrasos de lienzo en las habitaciones, las aberturas conformadas por puertas y ventanas de madera, protegidas éstas con rejas de hierro y pisos de baldosas cerámicas. El frente de la casa se orienta al este, hacia el camino que conducía a Concepción del Uruguay.

Producto de una sobria y elegante volumetría, la casa se distinguía desde lejos por el camino de acceso. Sus dos torres se yerguen de los extremos de la vivienda exaltando la simetría de la fachada principal. Los volúmenes de los miradores enmarcan las esquinas desde su base, conformando un espacio central cuya cubierta forma una galería de acceso.

Una gran puerta de dos hojas de madera se centraba en la galería como puerta principal, y a sus laterales se disponían dos grandes ventanales de cada lado. Las fachadas laterales, sencillas, y coronadas con una pequeña moldura saliente, tenían siete ventanas iguales al Norte y seis al Sur, dispuestas rítmicamente. Las bases de los miradores conformaban dos pequeñas habitaciones aventanadas en sus tres caras. La cubierta plana de baldosas cubría a una misma altura todo el edificio.

El amplio zaguán conducía al patio central, y en sus laterales dos grandes puertas de doble hoja dan lugar al ingreso a las dos habitaciones más importantes de la casa: la Sala a la izquierda, y el Escritorio a la derecha. Estas dos habitaciones daban al frente. La sala, de amplias dimensiones, ocupaba la totalidad del sector sur. Hacia el norte, contiguo al escritorio, otra habitación de regulares dimensiones, destinada posteriormente a Sala de Juegos, se vinculaba a éste por una puerta interior. Desde esa habitación se accede a las torres.

El patio central, de planta cuadrada, nucleaba las habitaciones. El ala norte ubicaba el gran comedor, seguido de tres habitaciones contiguas iguales. El ala sur estaba integrada por cuatro habitaciones del mismo tamaño y una mayor destinada al dormitorio principal.

Todas las habitaciones de estas tres alas se vinculan con puertas interiores. Las ventanas que rodean la casa son iguales, protegidas con rejas de factura sencilla de hierro redondo.

El cuerpo de habitaciones que cierran el lado oeste del patio principal está integrado por dos salas a cada lado del zaguán y fueron utilizadas como dormitorios de huéspedes. Una gran puerta de dos hojas cierra por el lado oeste el patio.

 

Segunda Etapa. 1853 – 1856 Jacinto Dellepiane y la residencia del caudillo

En 1853, Urquiza contrató al constructor y Maestro de Obras Don Jacinto Dellepiane, quien de inmediato se hizo cargo de la continuidad de la construcción a lo largo de tres años.

Dellepiane se dedicó a ampliar la casa para cumplir con las múltiples necesidades funcionales tanto de la vida cotidiana de la familia como de la vida política de Urquiza. Inició las tareas en el segundo patio, que actuaría como núcleo de las dependencias de servicio. A diferencia de la construcción del primero, donde la mampostería de ladrillo se asienta en barro, para los muros construidos por Dellepiane ya se utiliza la cal.

Continuando con la trama existente, generó un patio interior de dimensiones similares a las del primer patio con planta cuadrangular.

Una hilera de cinco habitaciones forman el ala sur. La habitación próxima al primer patio se destinó a la nueva cocina. Es un lugar cómodo, con dos puertas de acceso y dos ventanas exteriores. En el centro de la habitación se colocó una cocina de hierro. Es probable que las tres habitaciones menores se hayan utilizado como dormitorios. El ala norte está integrada por seis habitaciones.

El nuevo patio contó también con su sala de baños. La habitación estaba dividida en tres sectores independientes. Dos de estos espacios estaban destinados a dos letrinas. El tercero, más pequeño, era para albergar la máquina productora de gas de carburo que iluminaba la residencia.

Una de las salas estaba dedicada a despensa, equipada con un mueble de madera de cuatro puertas adherido a los muros a manera de placard. Se ubicó un sótano debajo de esta habitación al que se accede desde su interior por una escalera de madera. Este fresco espacio fue utilizado para guardar alimentos, embutidos y vinos.

La última de las habitaciones de esta ala, al igual que su simétrica en el otro sector, estaba dividida en dos, por una mampara de madera, con puerta doble al centro. Esta sala estaba dedicada a la administración general de la estancia.

Dos sólidos y simétricos bloques de habitaciones de cada lado del acceso cierran este patio

Una hermosa cancela de hierro, con ornamentos de fundición fue colocada a modo de acceso al patio, de bellísima factura. Es de cuatro hojas, las principales de mayor tamaño que se pliegan sobre los paños laterales.