DESTINOS
Un pueblo con histórica y rica naturaleza
La pequeña localidad del centro este de la provincia fue cuna de la colonización judía, creció con el ferrocarril y hoy se ganó un lugar en la escena turística entrerriana.
En medio de palmeras yatay y atractivos paisajes se encuentra Ubajay, el pueblo que fue cuna de la colonización judía en Entre Ríos. Forma parte del departamento Colón, en el centro este de la provincia con una población actual que ronda los 4.000 habitantes.
Su nombre procede del idioma guaraní, en el que designa al árbol frutal autóctono Hexachlamys edulis, abundante en la región. La distinguida como Capital del Palmar, en su momento, contó con una pujante actividad económica impulsada por el ferrocarril.
Ahora, en cambio, se destacan sus ofertas turísticas, entre las que se encuentran el ecoturismo y la Fiesta Provincial del Yatay. En tanto, la principal actividad productiva es la explotación maderera, con diez aserraderos, y la forestación.
HISTORIA
Las colonias "Palmar" y "Yatay", que si bien en sus orígenes eran dos, estaban tan ligadas geográfica y administrativamente, quedaron unidas en una sola.
La zona fue pionera de la inmigración judía, impulsada por la J.C.A. (Jewish Colonization Asociation), conocida organización filantrópica, creada por el barón Maurice de Hirsch, a través de un proyecto agrícola desarrollado en varios países de América. Fueron cuarenta las familias judías procedentes de Rusia que se ubicaron en una extensión de 100 hectáreas cada una, labrando las tierras, dedicándose también a la silvicultura y ganadería.
El 5 de enero de 1915 se inauguró la estación Ubajay del Ferrocarril Nordeste Argentino, fecha que se toma como fundacional. El tren simbolizó, a comienzos del siglo XX, una arteria vital de la producción nacional argentina, entre el noroeste y la mesopotamia, donde corrientes inmigratorias, provenientes de Europa apostaban a la esperanza del desarrollo y progreso.
En sus comienzos toda la vida y actividad socio-cultural de sus pobladores se centró cerca de la estación, lugar de despacho de la producción láctea que se transportaba hacia Concordia.
El rol fundamental de transporte y comunicación, que este ramal promulgó, llegó a su fin con los programas de privatización del ferrocarril. La estación fue clausurada el 5 de noviembre de 1991, lo que determinó un cambio social en la población local.
TURISMO
La principal actividad turística de la localidad se concentra cada enero en la tradicional Fiesta Provincial del Yatay. Durante un fin de semana espectáculos artísticos de renombre y representantes de la música regional, el entretenimiento de las destrezas criollas y las domas nocturnas se combinan con stands de artesanías, micro-emprendimientos, comerciales e industriales.
Además se destacan actividades de índole tradicionalista, tales como juego de riendas y carrera de sortija, desfile de jinetes y tropillas, jineteada en palo, en basto, en encimeras y la elección de la Reina del Yatay y del paisano mejor vestido.
Por otra parte, Ubajay se encuentra a sólo 6 kilómetros del fascinante Parque Nacional El Palmar, conocido como el reservorio de palmeras yatay más importante del país, que invita a deleitarse con las múltiples alternativas recreativas que lo recorren.
Además, la Ruta Nacional Nº 14 cruza por el medio de su geografía y su Terminal de Ómnibus se ha convertido en parada obligatoria de numerosos micros de media y larga distancia con rumbo al norte o el sur de la mesopotamia.
Ubajay forma parte del Circuito de las Colonias Judías de Arroyo Grande junto a las vecinas San Salvador y General Campos. Transitarlo es una oportunidad única para sumergirse en los orígenes de estas comunidades.
FUTURO PRÓSPERO
Con vistas al futuro, su trascendencia turística apunta a seguir creciendo, ya que a través de un decreto firmado por el gobernador Gustavo Bordet, la localidad consiguió un permiso de exploración termal. Se trata de un emprendimiento que la localidad espera con ansias para mejorar su matriz productiva y económica, sumando una oferta termal al corredor del río Uruguay.
Fuente: El Mirador